Pocas veces enciendo la TV y raras veces me engancho, pero este verano me ha conquistado el docureality “Joyas sobre ruedas” del canal “Discovery Max”; un programa en el que el vendedor de coches Mike Brewer y el mecánico Edd China compran coches clásicos modernos y los restauran con un presupuesto limitado obteniendo beneficios más o menos decentes.
Obviamente Mike y Edd son auténticos expertos tanto de la negociación como de la mecánica, pero la compra de un coche rara vez (aunque sea “nuevo”) es una buena inversión, de hecho, si al precio de compra le añadimos determinados gastos asociados al mantenimiento y tenencia del coche, el coste real es mucho mayor de lo que pensamos. Luego si no hacemos muchos kilómetros nos puede interesar usar un buen “taxi” o compartir coche con otras personas a través de plataformas como “blablacar”.
Pese a lo anterior, en lo últimos tiempos los coches clásicos vienen demostrando que pueden ser una inversión rentable incluso mejor que el oro, los sellos, el vino y el arte; modelos con un diseño “atemporal” o ediciones especiales son los favoritos de los coleccionistas. Aunque también se valora otros detalles como que el coche haya pertenecido a un solo dueño y que se hayan fabricado pocas unidades. Obviamente “un supercoche” de estas características se nos puede salir de presupuesto (salvo que seas millonario), por ello, cada vez es más frecuente encontrarse con fondos de inversión como “Family Classic Cars Fund”, con sede en California, que ofrece a los pequeños inversores la oportunidad de poseer una parte de cada coche adquirido por una inversión mínima de 10.000 dólares.
Volviendo al tema que nos ocupa, lógicamente si vives en una zona alejada sin transporte público o poco eficiente, lo más probable es que necesites comprarte un coche. Lo bueno de un “coche nuevo” es que puedes personalizarlo de fábrica con la garantía del fabricante, además de contar con un valioso historial de incidencias que irán sucediendo a lo largo de su vida.
No obstante, la rápida depreciación de los “coches nuevos” hace que mucha gente se decante por adquirir un coche usado. El problema es que comprar un coche de segunda mano puede ser toda una lotería, como te toque algún “joven perla pastillero” que hace carreras ilegales…ya verás que pufo!!
Así que no queda otra que ir a un vendedor profesional que por ley te tiene que dar una garantía mínima o informarse muy bien con un mecánico independiente del uso que ha recibido el coche que queremos comprar.
La situación económica de muchas personas consecuencia de la crisis hace que al coche usado muchas veces sea la única opción “para ir tirando” sin tener que endeudarse; pero en cualquier caso mejor que dejes un colchón para gastos inesperados…porque como dice la canción “no te escaparás”, muy especialmente si el coche tiene ya una edad.
Una vez prevenidos, echando un vistazo por la red se pueden encontrar auténticas “joyas sobre ruedas”, el problema de algunos coches de segunda mano es que a veces resultan muy tentadores para tener algo por encima de tus posibilidades y más ahora que se pueden convertir coches de gasolina en “bifuel” .
Por lo que como dice Daniel Seijo de “motorpasión” el mejor consejo final es que seáis sinceros con vosotros mismos a la hora de valorar vuestra situación para no convertiros en esclavos de vuestras compras. A ver si luego no vais a tener dinero para echar gasolina jajaj…
Gracias por seguir mi blog.
¡Un saludo a tod@s!
Muy buen artículo. No sabía que había fondos de inversión sobre coches…¡¡Lo que uno puede aprender un domingo por la tarde!!
Yo tampoco tenía ni idea de su existencia hasta hace poco…Una opción más para diversificar! Gracias por tu comentario! Un saludo!!